Actualmente en las calles, avenidas y bulevares de la ciudad de Guatemala hay una escasez de publicidad creativa e innovadora; todos los días se tiene que ver (obligadamente) lo mismo de siempre.
Nadie en Guatemala tiene la cultura de detenerse por unos instantes para (al menos) tratar de descifrar o entender lo que se expone en las gráficas de publicidad exterior porque la creatividad es nula; sólo se realiza publicidad para complacer al cliente y que este cumpla los requerimientos para que la marca esté presente en la calle y provoque el impulso de los consumidores para que compren un determinado producto o adquieran un servicio.